La mayor estabilidad en la composición de los paisajes forestales detectada en el periodo 1984-98 está correlacionada con la creciente superficie sometida a distintos grados de protección de la naturaleza. |
La nueva política de repoblación forestal centrada en las tierras agrícolas marginales, comienza a tener su reflejo en los paisajes con algún retraso respecto del momento de su inicio. Su huella se aprecia en todas las clases de paisaje, pero la intensidad del cambio producido todavía es reducida. |
El impacto en el paisaje de los Planes de Regadío ha quedado reflejado por el incremento de la teselas acuáticas en los periodos estudiados, localizadas especialmente sobre las comarcas subáridas e hiperáridas. |
El impacto sobre el paisaje de la actividad turística queda englobado en los efectos de la urbanización. Su importancia es máxima en las comarcas hiperáridas de las costas mediterráneas, llegando incluso a transformarse un paisaje forestal en suburbano. |
Los niveles de conectividad alcanzados por los paisajes peninsulares y baleares aseguran el tránsito de la fauna silvestre a través de los paisajes húmedos, subhúmedos y casi todos los subáridos. Por el contrario, el tránsito no está asegurado en todos los paisajes áridos, y no es posible en los hiperáridos. |
Los paisajes agrícolas han sufrido una significativa degradación ecológica, causada por la reducción de sus componentes más naturales y el incremento de las construcciones rurales de infraestructuras de comunicación terrestre. |