CLATERES

CLATERES CLAsificación Biogeoclimática TERritorial de ESpaña (Elena Rosselló et al., 1997) surge en los años 90 con el objetivo de servir de base para la estratificación de trabajos de inventariación y evaluación de recursos naturales vegetales.
Sigue un diseño basado en técnicas de análisis de clasificación jerárquica descendente, generando una estructura dendrográmica bifocal, especialmente apta para su uso como herramienta de estratificación de muestreos territoriales (Bunce et al., 1990).
Esta estructura permite agrupar en un único estrato clases territoriales vecinas (Smith, 1982). 


En CLATERES se han definieron dos ejes significativos, mediante los cuales se clasificaron las 215 Clases:

  1. El primer eje constituye un eje de alta significación climática: la aridez.
  2. El segundo eje refleja un gradiente litológico reflejado por la acidez-basicidad de los sustratos líticos.

La clasificación elaboró a partir de información geológica, climática y fisiográfica, es decir, de aquellos factores ecológicos naturales que se suponen estables a escala de la vida humana, y cuya influencia sobre el paisaje se supone asimismo estable durante el período de tiempo objeto de estudio: 1956 a 1998.
CLATERES presenta la ventaja de que, en el momento de inicio del estudio, disponía de una cartografía digital de toda España con un poder de resolución de 4 Km2, por lo que se utilizó como base cartográfica para la generalización de los resultados obtenidos en las muestras, mediante la extrapolación de sus valores al resto de la superficie ocupada por los estratos territoriales a los que representan. 


EN CONCLUSIÓN, de acuerdo con planteamientos metodológicos similares llevados a cabo durante los años 90 en el Reino Unido (Barr et al., 1993), se ha utilizado la clasificación CLATERES para llevar a cabo la estratificación del muestreo que ha permitido establecer la Red de Paisajes Rurales.